Las Verdaderas lágrimas del Amor

LAS VERDADERAS LÁGRIMAS DE AMOR

 

 

 

 

 

Para mi te quiero Amor… Escríbeme, si así lo sientes, que ha de llenarme el leerte.

 

Que nuestros ojos se miran de lejos y asienten que así están…lejos. Pero eso no es lo que el espíritu siente.

 

Que la vida es una aventura que pasan juntos los que se aman, no importa lo lejos que estén…

 

Hoy, como no pude encontrarte, aquí te dejo un pedazo de mi pensamiento cansado y torpe por las horas que cree estar vivo, pensándote sin respuesta, pero lúcido intensamente por la Verdad, que lo engresca pues para hablar de Amor… siempre esta presta.

 

Todo está ya hecho y en cambio cada día, haciendo cosas nos creemos estar…. Todo ya dicho y en cambio, no paramos de hablar con quien desacierte en a nuestro lado caer, y cuando a nadie encontramos, lo hacemos aún, con quien creemos nosotros ser, y entonces… pensamos!

 

Hablamos y hablamos con la boca y con la mente sin parar; metemos jaleo, hacemos de la Paz, algo inapreciable… una casa de locos, con sonidos que a nada llevan, con ruido y más ruido que llamamos palabras y frases, que pensamos nos hacen comunicarnos y lo único  que hacen es aparentemente…. apartarnos.

 

Con tanto bullicio a mi lado, La Verdad… no oigo apenas.

 

Así, háblame tú… Amor, que tus palabras son descanso para mis sentidos ya agotados; que tus comunicados no van a mis oídos, sino al espíritu que anhela ser por ellas y ellos alimentado.

 

Háblame de adentro, para que mis adentros se nutran de tu aliento…

 

Háblame con la poesía que exhala el corazón cuando se le da rienda suelta; déjale que hable, que llore y ría…

 

¡Que ría el corazón! que su alegría no es euforia sino la Paz en persona, que unas veces a nuestros labios les da forma de media luna y otras, al tiempo se convierte en agua de mar… que cae por las mejillas y a su sonrisa va a parar.

 

Así habla el corazón, y así se le distingue: Su lágrima no es suya… si los labios no la mecen cuando cae en ellos, que le hacen cuna.

 

De alegría, es el único llorar que el Amor puede en Verdad.

 

Que hable el corazón y que calle todo lo demás, que además… ni existe!!

 

Se espera la voz del Amor desde el corazón indigente, casi como El mismo Padre espera al hijo errante.

 

Bien venidas son pues las palabras que han de dar de beber a este perdido y sediento caminante, ya desde que supo que El Padre las estaba germinando en tu corazón… Vengan pues cuando Dios quiera, que su llegada ha de ser justa y necesaria, y como si Él mismo en ellas viniera, así, aquí se las espera…

 

 

Gracias Padre, por ellas… en él, y en ella.